Espíritu Santo, la isla remota de El Salvador que se mantiene con fabricar aceite de coco

(English below)

La elaboración de aceite de coco es el sostén económico de los habitantes de una comunidad rural asentada en la remota Isla Espíritu Santo, a 123 kilómetros de la capital de El Salvador, una actividad que además la ha convertido en el referente del país en la producción de este producto.

Esta isla, también conocida como El Jobal y en la que habitan aproximadamente 2,000 personas, se ubica en la bahía de Jiquilisco, en el departamento de Usulután (este), y solo se puede acceder por medio de transporte marítimo.

El mayor atractivo de la isla es una extensa área de cultivo de palmeras de coco de 1,700 manzanas (1,190 hectáreas) junto con una fábrica de procesamiento y elaboración de aceite de coco para diversos usos, como el cosmético o cocina.

Una palmera alcanza una altura de 20 a 30 metros y las condiciones óptimas para el cultivo del coco son las condiciones climáticas tropicales, como las de la Isla Espíritu Santo porque la palma es una planta extremadamente sensible a las heladas.

La Cooperativa El Jobal es la encargada de la producción industrial de aceite y harina de coco, cuyo uso es de panadería y concentrado porcino.

Salvador Panameño, trabajador y miembro de la cooperativa, explicó a EFE que el proceso para la elaboración del aceite es el cortado del coco, luego un grupo de mujeres se encarga de amontonar, seleccionar y extraer la “comida” del coco.

Luego esta se coloca sobre una superficie al aire libre para que reciba en sol entre siete y ocho días para que se seque y luego pasa a su procesamiento en una fabrica de más de 50 años, comentó Panameño.

La cooperativa también vende cocos a habitantes locales que se dedican a la elaboración de conserva de coco, un dulce típico de este país centroamericano, y a comerciantes de mercados.

De aceite, la cooperativa vende a empresas privadas entre tres y diez toneladas; además la fábrica da trabajo a un aproximado de 11 personas más los 170 socios que integran la sociedad, detalló Panameño.

Los habitantes de la Isla Espíritu Santo también realizan las actividades de pesca y extracción de conchas para sostenerse económicamente.

En la modesta comunidad no se observan coches y el medio de transporte interno son motocicletas adaptadas para llevar a pasajeros, el caballo y bicicletas.

Espiritu Santo, the remote island of El Salvador, survives by manufacturing coconut oil

The production of coconut oil is the economic support of the inhabitants of a rural community located on the remote Salvadoran island of Isla Espíritu Santo, 123 kilometers from the capital of El Salvador, an activity that has also made it the country’s benchmark in production of this product.

An aerial photograph shows the Salvadoran island of Espíritu Santo, where residents rely on production of coconut oil. / La elaboración de aceite de coco es el sostén económico de los habitantes de una comunidad rural asentada en la remota Isla Espíritu Santo.
An aerial photograph shows the Salvadoran island of Espíritu Santo, where residents rely on production of coconut oil. / La elaboración de aceite de coco es el sostén económico de los habitantes de una comunidad rural asentada en la remota Isla Espíritu Santo.

This island, also known as El Jobal and home to approximately 2,000 people, is located in Jiquilisco Bay, in the department of Usulután (east), and can only be accessed by sea transportation.

The island’s biggest attraction is an extensive coconut palm cultivation area of 1,700 blocks (1,190 hectares) along with a factory for processing and producing coconut oil for various uses, such as cosmetics or cooking.

A palm tree reaches a height of 20 to 30 meters and the optimal conditions for growing coconut are tropical climatic conditions, such as those of Espiritu Santo Island because the palm is a plant extremely sensitive to frost.

The El Jobal Cooperative is in charge of the industrial production of coconut oil and flour, whose use is for baking and pork concentrate.

Salvador Panamanian, worker and member of the cooperative, explained to EFE that the process for producing the oil is cutting the coconut, then a group of women is in charge of stacking, selecting and extracting the “food” from the coconut.

Then it is placed on an open-air surface so that it receives sun for seven to eight days to dry and then goes on to be processed in a factory that is more than 50 years old, Panameño commented.

The cooperative also sells coconuts to local inhabitants who make coconut preserves, a typical sweet from this Central American country, and to market traders.

Of oil, the cooperative sells between three and ten tons to private companies; In addition, the factory employs approximately 11 people plus the 170 partners that make up the company, explained Panameño.

The inhabitants of Espiritu Santo Island also carry out fishing and shell extraction activities to sustain themselves economically.

In the modest community there are no cars and the means of internal transportation are motorcycles adapted to carry passengers, horses and bicycles.